Érase un hombre a una cámara pegado.
Curioso, así describiría mi día de hoy. Un día más en la vida de un universitario cualquiera. Levantarse pronto, ir a clase, intentar atender, volver al piso compartido, desenvolverse en la cocina mejor que Arguiñano, comer rápido porque el profe de Fotoperiodismo nos está esperando, tomar unas cañas con los amigos… vaya, lo típico. A todo esto sumándole una cámara fotográfica pegada a mí todo el día. Desde que he pisado el suelo por primera vez, hasta que los he subido a la cama para dormir. Tenía el objetivo de llegar a las mil fotografías, que parece fácil… pero no me atrevo a decir que lo sea…Ha sido una experiencia nueva y muy divertida. Nunca me había propuesto esto antes y yo creo que es un ejercicio divertido e instructivo, sobre todo para nosotros los comunicadores. Una parte de nuestra profesión es contar lo que pasa a nuestro alrededor, pero primero tendremos que saber mirar para poder contar. Pues bien eso es lo que he aprendido hoy, a mirar a mí alrededor. Parece mentira lo que se puede aprender haciendo este ejercicio. Si soy sincero, me daba pereza hacer esta actividad, pero ha merecido la pena.
Con este ejercicio he abierto mi perspectiva de la realidad. Me he dado cuenta que en la vida cotidiana casi todo es fotografiable, y además con unos enfoques muy distintos. Lo que antes para mí era un simple banco, se ha convertido en un elemento con el que se puede hace una composición fotográfica increíble. Con este ejercicio, he aprendido a sacarle partido a lo más simple. En el día a día hay muchos efectos de luz, de color y de composición de elementos que no me había dado cuenta que existían. A partir de ahora cuando vaya a hacer una fotografía tendré en cuenta mucho más factores que antes. Además también me ha servido este ejercicio para aprender a encuadrar con la cámara quitando elementos que no tenían importancia, como por ejemplo los grandes trozos de cielo vacío que no aportan nada a la fotografía. También le he dado más importancia al detalle de las cosas y he visto que de un simple árbol se pueden sacar más de 30 perspectivas diferentes cuando antes sólo veía un tronco y unas ramas mal o bien puestas. En conclusión estoy muy contento con esta actividad por lo que me ha aportado y porque, para que engañarnos ha sido bastante divertido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario